A veces no hay palabras. Sólo miradas. Gestos. Más miradas. Luego una sonrisa. Que dura porque está cerca de ti. Porque los días pasan demasiado rápido cuando él está allí y cuando no quieres marcharte, porque no puedes dejar de verle. No quieres. Y cuando piensas, pero no lo dices, que cada minuto sin él es inútil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario